miércoles, 10 de diciembre de 2008

El Peru frente a la nueva tendencia del aplanamiento global

(*) Eduardo Carrillo Hernandez

Artículo preparado para ser publicado especialmente en el Boletin No 8 de la Red Democratica.

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Arts. rels. del autor en :
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El Peru frente a la nueva tendencia del aplanamiento
global.



(*) Eduardo Carrillo Hernandez


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(RED/Lima)

EL PERÚ FRENTE A LA NUEVA TENDENCIA DEL APLANAMIENTO
GLOBAL

“Si se intentara encontrar una tendencia de la evolución que sea válida para la historia del conjunto de la humanidad, probablemente no habría más que una sola, y eso, a condición de interpretarla con prudencia: si, en efecto, hay algo que parece caracterizar a la historia de la humanidad, es el aumento progresivo del conocimiento y, en particular, del conocimiento científico”.
Raymond Aron.

Transcurridos los primeros ocho años del siglo XXI, podemos comprobar que el pensamiento del sociólogo, historiador y politólogo francés Raymond Aron enunciado en nuestro epígrafe, se ha convertido en una eventual realidad. La sola observación de los hechos resulta suficiente para constatar el progreso acelerado principalmente en las ciencias de la informática y la comunicación social.

El presente ensayo es una reflexión sobre el fenómeno de la globalización, en el que se plantean algunas advertencias que el Perú debería tener en cuenta para afrontar airosamente los retos que el mismo, exhibe. Mundo globalizado, que día a día se deshumaniza más; y que por lo demás, refleja un desequilibrio en la proporcionalidad que debiera beneficiar una puesta total y desregularizada del crecimiento económico. Si bien es cierto, la cooperación económica y su interconexión en las relaciones interestatales, han facilitado los procesos del desarrollo, éste ha sido heterogéneo y en menoscabo de los valores morales propios de una sociedad.

En dicho orden de ideas, entendemos la globalización como un proceso que afecta la estructura social, económica, política y cultural de una nación; y que se proyecta hacia la conformación de un solo mundo, en el que las comunicaciones y la tecnología hacen cada vez más cortas las distancias. De tal modo que el libre mercado juega un papel predominante, teniendo como eje central, la apertura total de las fronteras.

Un ejemplo de las nuevas tendencias que consigo ha traído la globalización, que no compartimos a cabalidad, se encuentra descrita en la última obra del periodista norteamericano Thomas Friedman, intitulada “La tierra es plana. Breve historia del mundo globalizado del siglo XXI”. Sin pretender ahondar en una exposición detallada de la misma, diremos que el autor se concentra en esbozar una nueva tendencia: el “aplanamiento de la tierra”; lo cual significa que las condiciones en el campo de la eficiencia para la innovación científica se están equiparando, esto es, la mayoría de los países tienen acceso a la información que es fuente importante para el desarrollo científico y tecnológico, permitiendo concebir un mundo más interconectado dentro del cual no existirán diferencias, solo objetivos comunes de cara al progreso económico. Sin embargo, el autor es consciente de que esto no surgirá por obra y gracia de la Providencia sino que dependerá de los esfuerzos que cada nación haga para repotenciar su capacidad en el ámbito de la educación y especialización tecnológica.

Por otra parte, considera que entre más interconectados estén los países será menor la probabilidad de concebir guerras interestatales, pasando a segundo plano la importancia que tienen las unidades políticamente organizadas en las relaciones internacionales pues comparte la idea de que el rol activo de los Estados ira disminuyendo “tendemos a creer que el comercio y la economía globales son cosas que dirige el FMI, el G – 8, el Banco Mundial y la OMC, y que los ministros del ramo crean los tratados comerciales. No pretendo dar a entender que estas agencias gubernamentales son irrelevantes, No lo son. Pero van a ir perdiendo importancia.

En el futuro la globalización estará cada vez más en manos de los particulares que entiendan los entresijos del mundo plano, que se adapten rápidamente a sus procesos y tecnologías y que empiecen a caminar hacia delante sin recurrir a tratados o a los consejos del FMI. Serán de todos los colores del arco iris y procederán de todos los rincones del planeta”[1].

En la actualidad, el Perú viene presentando un crecimiento económico acelerado a tal punto que es concebido como un modelo para los demás países del hemisferio latinoamericano. Del mismo modo, pareciese que nuestro país se ha impuesto de moda pues viene siendo sede de importantes eventos internacionales, un ejemplo de ello son las reuniones que se vienen desarrollando dentro del foro de las economías del Asia – Pacífico (APEC) 2008.

Igualmente, un componente adicional que se esta tejiendo en el imaginario cultural de los peruanos es el creer que estamos ad portas de convertirnos en un país del “primer mundo”, quedando en el pasado los vestigios del llamado subdesarrollo y tercermundismo, lo cual nos ubicaría a la altura de los demás países desarrollados. Sin embargo, a la luz de los actuales acontecimientos mundiales, cabe preguntarnos, si ¿resulta prudente una visión excesivamente optimista sobre el panorama futuro de nuestro país frente a los retos de la también llamada mundialización?

Consideramos que generar enormes expectativas en una aldea global tan cambiante, podría representar ingresar prematuramente a una encrucijada para la cual recién estamos preparándonos. Siendo la globalización un fenómeno irreversible, debemos estar alerta por tratarse de un proceso que no avisa previamente, sólo se manifiesta; motivo por el cual, resultan de impostergable cumplimiento las siguientes metas:

Primera: Efectivizar una verdadera lucha contra el flagelo de la corrupción institucionalizada, que azota inclemente al país, tanto en el sector público como en el privado. Debemos tener en cuenta que la corrupción es un mal endémico, que afecta la institucionalidad y no permite que los beneficios de la globalización lleguen a los sectores más marginados.

El fenómeno de la corrupción condena a los sectores pobres a su condición; y lo más grave, permite que la impunidad se convierta en el mayor aliciente para una mayor corrupción. Por tanto, es de vital importancia replantear el rol que en este sentido le toca desempeñar a la sociedad civil;

Segunda: Considerando que la globalización trae consigo nuevos componentes culturales foráneos, sin embargo, esto no deberá contradecir nuestro carácter nacional y sentimiento de peruanidad. Es decir, una tarea inaplazable que permitirá cultivar y reafirmar la identidad nacional a través de la diversidad cultural que se manifiesta en nuestro país. Es casi una ilusión perdida creer que nuestro único arraigo tradicional que es el territorio se vaya a borrar o a desaparecer del todo; para lo cual, resulta indispensable una política de legítima defensa de los intereses nacionales, que tenga como base una apropiada formación moral, cultural y cívica;

Tercera: En un mundo plano, las condiciones para aumentar la capacitación dentro de los marcos de la eficiencia económica deben estar articuladas a un proyecto de fortalecimiento de las fuerzas armadas. Basta observar la historia para comprender de una vez por todas que no hay potencia económica sin capacidad militar adecuada a las circunstancias;

Cuarta: Si nuestro país pretende estar a la altura de las demás economías del “primer mundo” deberá a través del aparato estatal prevenir las convulsiones sociales, vaticinar los problemas y solventar nuestra imagen como un país no violentista. Lo anterior nos obligaría a plantear un proyecto de integridad regional evitando el que existan manifestaciones como las de un estado fallido.


Quinta: Es fundamental la preservación de nuestros recursos naturales, principalmente los estratégicos porque a medida que se amplían las oportunidades para poder competir con otros mercados dentro del mundo desarrollado, es probable que nuestros recursos escaseen por la contaminación y el tan anunciado “calentamiento global”.

Finalmente, si el “aplanamiento de la tierra”, es un hecho contundente, urge que nuestro país entre a tallar en los grandes temas expuestos. No vemos otro sendero mejor. “Res, non verba”

(*)EDUARDO CARLOS CARRILLO HERNÁNDEZ.
Embajador en el SDP. Ex embajador del Peru en Nicaragua y autor de numerosos articulos.

Lima, Dic 2008

[1] Friedman Thomas, ““La tierra es plana. Breve historia del mundo globalizado del siglo XXI”. pp. 196.


Regreso al inicio del articulo :
http://boletin08.blogspot.com/2008/12/el-peru-frente-la-nueva-tendencia-del.html

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